Espacios

Existen espacios abiertos, cerrados, amplios, limitados. Espacios de luz y de sombra. Mi espacio es distinto, por que tengo acceso a muchas puertas.

En cada estante se encuentran miles de ideas que fluyen en todos los sentidos. Algunas se encuentran perfectamente encuadernadas, otras sufren las inclemencias del tiempo, del desgaste o del olvido. Sin embargo todas y cada una de ellas reflejan miles de historias, de horas de trabajo árduo, de reflexiones, investigaciones o diversión.

Pero ese es solo un pequeño aspecto de mi espacio, también tengo otro tipo de puertas a las cuales se les debe dar otro trato por ser intangibles. Estas puertas se utilizan por medio de pantallas y entonces las paredes, los estantes, las salas de consulta se eliminan. Las barreras físicas dejan de tener sentido. En un instante nos adentramos a mundos interconectados al alcance de un click.

Con todas estas ventanas abiertas simultáneamente el ambiente comienza a tornarse amarillo. Las personas interiorizan y aprehenden. Sus rostros gesticulan, sus globos oculares viajan a través de las líneas. Sus manos danzan ya sea sobre papel y tinta o sobre teclados.

Hay muchas cosas que ellos ignoran, por ejemplo que el trabajo en las bibliotecas es como una gran puesta en escena, donde el usuario sólo ve la obra y no todo lo que implica estar tras el telón.

Yo que vivo detrás del telón quisiera abrirles a todos una ventana, regalarles un párrafo, desmenuzarles una búsqueda. Mostrarles que los boleános no son seres intergalácticos, que no causan indigestión, que son libres de grasas y que cada vez que los compartimos se multiplican. Que los accesos a la información podrán satisfacer las necesidades que ellos tengan siempre y cuando les tengan el debido respeto y que sean recíprocos al usarlos.

Existen tantas ventanas y espacios que no puedo hacer todo sola. Pero confío en que cada uno de los de mi especie, tenemos ese instante de lucidez y que sabremos en su momento abrir la ventana adecuada para mostrarle a algún usuario despistado que la información no tiene cerrojos, que sólo hace falta que se acerquen a nosotros y nos diga: «puede ayudarme, necesito X información».

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